Cuando mis manos tiemblan
Dulce amargura de este néctar fugaz
nunca explicaste que anhelas de mi
mis retinas confunden colores ya olvidados
mi alma renace del fuego estancado
En los confines del oxido
El vació observa su cabello pasear
su filo astuto ahuyenta mis suspiros
todo fulgor algún día morira
mientras sus ojos apuñalan los míos.
Danzando, en los confines del oxido.
Las dudas no sirven, no valen, se aburren de estar
las sensaciones se vuelven a borrar.
Pero el oxido no se ira
no cambiara siempre dolerá
me alimentare de el
¿Terminare como el?
Rasga mi alma y mis sueños
rasga mi cuerpo y mi ser
rasgara y seguirá
rasgara, hasta que todo sea oxido
Cruel simetría lleva la fluidez de los ciclos del destino
lucha una luz ciega de tanto llorar, en mi, ¿En ti?
Surca las grietas crece invisible en tus fanales
Apuesto mis sueños con quien quieras.
Apuesto mi alma que juró verla.
Que jura nunca haber sentido algo así
que se abruma con la paralisis que le generas
que cruje al recordar que no es fuego al que alimenta
que muere en eterna decadencia
¿Morirá en eterna agonía?
¿Morira algún día?
¿Vivirá con la agonía?
¿Vivirá algún día?
¿Volverá a vivir algún día?
Los colores nunca vuelven
el anhelo nunca termina
el dolor solo es dolor.
Pero como duele.
Es terrorificamente hermoso... como dueles
y como dolerás... en los confines del oxido.
Y cuando todo sea oxido... mis lagrimas...
¿Dolerán?






