Sorteando charcos.
Juntando pedazos de mí, luego de una catarsis…
Sonriendo melancólicamente por las cartas del destino,
Trato enérgicamente de encontrarle razón al sin sentido.
Caminos que ya no son simples en sus complicados recorridos.
Corriendo por un laberinto colmado de puertas,
Algunas impenetrables otras entreabiertas…
Desmenuzando los intrincados abismos del tiempo,
Clamando por esa luz que me eleva al cielo.
Esa fuerza que es capaz de alzar o tumbar el muro más alto,
Que ríe burlona de mi impotencia,
Que siempre hace de las suyas…
Que a veces sin darte cuenta un poco te alivia, un poco te ayuda.
Una leve brisa puede cambiar el rumbo.
Una profunda grieta puede provocar un derrumbe.
Es la vida que asecha agazapada a la vuelta de la esquina.
Soy yo, que me dirijo hacia ella anticipando lo desconocido.
Pensando que a veces la puerta que escogemos, no es la correcta.
Sintiendo, que a veces el mundo entero se da vuelta.
Presintiendo que a veces la densa niebla esconde un muro,
Pero sabiendo, que a veces sorteando charcos hallamos un tesoro.

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